Inés Arredondo: una voz incómoda y necesaria en la narrativa mexicana
Julio de 2025
Redacción
En un país donde la narrativa ha sido dominada históricamente por voces masculinas y relatos centrados en la épica nacional o el costumbrismo, la obra de Inés Arredondo (1928–1989) irrumpe como un grito contenido: breve, preciso, perturbador. Su escritura se adentra en los rincones más oscuros de la intimidad, allí donde se cruzan el deseo, la culpa, el poder, la religión y la muerte.
Nacida en Culiacán, Sinaloa, Inés Arredondo estudió Filosofía en la UNAM y Letras Hispánicas en Guadalajara. Su obra más conocida, La señal (1965), es una colección de cuentos que marcó un antes y un después en la literatura mexicana. Sin grandilocuencias ni artificios, Arredondo propone relatos que raspan desde adentro. Su estilo es sobrio, directo, casi quirúrgico, pero lo que expone en la superficie es apenas una capa del drama humano que se cuece debajo.
Arredondo fue una pionera en el abordaje literario de temas tabúes: el incesto, la perversión, el erotismo femenino, la doble moral de la familia católica, el poder patriarcal y la locura. No lo hace desde lo grotesco o el escándalo, sino desde una profunda comprensión de la complejidad psicológica de sus personajes. Sus mujeres —ni víctimas pasivas ni heroínas convencionales— son conscientes de su encierro social y espiritual, y se debaten entre la obediencia y la transgresión.
Uno de sus cuentos más impactantes, Río subterráneo, resume muy bien su poética: una historia breve en la que una mujer rememora una relación sexual marcada por el dominio y el deseo, con una tensión que nunca se resuelve del todo, pero que deja una huella imborrable en el lector. Arredondo no moraliza ni explica: observa, escribe y deja que el lector entre en zonas incómodas sin redención.
Su literatura fue reconocida por autores como Octavio Paz y Juan García Ponce, pero el lugar que ocupa hoy en la historia de las letras mexicanas sigue siendo insuficiente. En muchas ocasiones ha sido leída desde el exotismo de “la mujer que escribe sobre lo oscuro”, cuando en realidad es una autora con una propuesta literaria sólida, moderna, consciente de su tiempo y de su oficio.
A más de treinta años de su muerte, la obra de Inés Arredondo sigue siendo una lectura necesaria para comprender los silencios, contradicciones y violencias que atraviesan la vida íntima y social de México. Su incomodidad no es un defecto, sino una virtud: es el filo que la literatura necesita para no dormirse en los laureles del canon. Leerla hoy es, en cierto modo, resistir a la indiferencia.
Una de las más sobresalientes cuentistas mexicanas. Sus narraciones marcan un parteaguas en la literatura mexicana, especialmente en la escrita por mujeres.


José Martí 105 colonia Escandón I Sección
Miguel Hidalgo, C.P. 11800
Contáctanos
contactofepa@gmail.com